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3 pilares de la medicina estética segura: profesionales, certificaciones e insumos.
- Por Clínica EM
En Clínica EM hablamos todos los días de los 3 pilares de la medicina estética segura: profesionales, certificaciones e insumos, porque en buen chileno, no es llegar y pincharse. Detrás de cada tratamiento que se ve “simple” en redes, hay decisiones médicas, normativas y de seguridad que marcan la diferencia entre una buena experiencia y una complicación seria.
En este artículo quiero contarte, desde la experiencia en la consulta, cómo evaluamos estos tres pilares y qué deberías mirar tú, como paciente, para ir a la segura cuando eliges dónde y con quién tratarte.
Por qué en estética la seguridad no es negociable
La medicina estética parece cada vez más accesible: ofertas, packs, giftcards, “promo por tiempo limitado”. Pero tu cara y tu cuerpo no son un experimento ni un 2×1 de supermercado.
Cuando hablamos de seguridad, no es solo evitar complicaciones graves (que, aunque poco frecuentes, existen). También buscamos:
– Resultados armónicos y naturales.
– Procedimientos con mínima molestia y buena recuperación.
– Controles adecuados en el tiempo.
A veces me llegan pacientes diciéndome: “Doctora, me hice esto en otra parte, estaba barato, pero ahora no sé qué me pusieron ni quién me atendió, solo me presentaron como ‘la especialista’”. Ahí de cajón sabemos que uno o más de estos pilares falló: el profesional, la trazabilidad del insumo o las certificaciones del lugar.
Cómo elegir profesionales que realmente te cuiden
El primer pilar es quién te atiende. Y acá hay que tomarle el peso al concepto de “profesional”.
Qué significa que sea un profesional idóneo
En una clínica como la nuestra, los tratamientos están a cargo de:
– Doctores con formación específica en medicina estética.
No basta con que alguien “sea de salud” o “haya hecho un curso”. Ojo ahí: la cara no se aprende a tratar en un fin de semana.
Cuando agendes en cualquier centro, te sugiero preguntar al tiro:
– ¿Quién realiza el tratamiento? ¿Es doctor, enfermera, kinesióloga?
– ¿Qué formación específica tiene en estética?
– ¿Quién responde si hay una complicación?
Si te cuesta obtener respuestas claras o cambian el tema, esa es una señal de alerta importante.
Señales concretas de un equipo profesional serio
Un equipo sólido se nota en detalles que no siempre “venden” en redes sociales, pero son clave:
– Te hacen una evaluación previa, no te llevan directo a la camilla.
– Te preguntan por enfermedades, medicamentos, alergias, cirugías.
– Te explican alternativas, no solo el tratamiento de moda.
– Firman un consentimiento informado y te lo explican con calma.
– Te hablan de beneficios y también de riesgos, sin prometer milagros.
En el box, lo que más me preguntan es: “¿Doctora, esto es seguro?”. Mi respuesta siempre incluye los tres pilares: es seguro cuando lo hace el profesional correcto, en el lugar adecuado y con insumos autorizados.
El rol de las certificaciones: mucho más que un papel en la pared
El segundo pilar tiene que ver con las certificaciones y autorizaciones del lugar donde te atiendes. Esta parte suele “pasar piola”, pero es fundamental.
Qué debería tener una clínica para darte confianza
Si un centro se toma en serio la seguridad, debería cumplir, como mínimo, con:
– Autorización sanitaria vigente como prestador de salud.
– Protocolos escritos de bioseguridad, higiene y manejo de complicaciones.
– Equipamiento médico en buen estado y con mantención al día.
– Registro claro de los profesionales que atienden y sus roles.
Como paciente, puedes y debes preguntar:
– ¿La clínica está registrada como prestador de salud?
– ¿Tienen protocolos en caso de alergia, infección o efectos adversos?
– ¿Dónde atiende el profesional responsable?
No es necesario que memorices leyes ni decretos, pero sí que tengas ojo con clínicas improvisadas, consultas que parecen más una oficina que un centro médico estético, o lugares donde nadie sabe quién dirige el equipo.
Por qué en Chile esto marca la diferencia
En Chile, la regulación de la medicina estética todavía está en desarrollo y, lamentablemente, eso permite que aparezcan ofertas de lugares que no cumplen estándares mínimos.
En Clínica EM, por ejemplo, nos exigimos protocolos que estén a toda prueba precisamente porque sabemos que el entorno regulatorio aún está al debe en varios aspectos. Esa autexigencia es una forma concreta de protegerte a ti y darnos a nosotros un marco de trabajo claro.

Insumos: lo que te inyectan importa tanto como quién lo hace
El tercer pilar es uno de los menos visibles, pero quizás el más crítico: los insumos. Aquí entra todo lo que se usa en tu tratamiento:
– Toxina botulínica.
– Ácido hialurónico y otros bioestimuladores.
– Anestésicos, cánulas, agujas, soluciones de limpieza, etc.
Qué debe cumplir un insumo para considerarlo seguro
En buen chileno: si no sabes qué te están poniendo, no deberías dejártelo poner. Un insumo seguro cumple con:
– Registro o certificación en Chile, idealmente aprobado por el Instituto de Salud Pública (ISP) u organismo equivalente.
– Procedencia clara: distribuidor oficial, no compras por internet ni importaciones dudosas.
– Trazabilidad: lote, fecha de vencimiento, ficha técnica disponible.
En la práctica, cuando te vas a hacer un procedimiento, te sugiero pedir:
– Ver el envase antes de abrirlo.
– Preguntar qué sustancia es, qué concentración tiene y cuál es su función.
– Saber si es un producto reabsorbible o permanente (en la cara, casi siempre preferimos reabsorbibles).
Un día llegó una paciente y me dijo: “Me hicieron un relleno hace años, nunca supe qué era, y ahora se me ve raro y duro”. Reconstruir qué le colocaron y cómo manejarlo fue un desafío, justamente por la falta de información y trazabilidad del insumo original.
Relación directa entre insumos y efectos secundarios
Incluso con técnicas correctas, un insumo de mala calidad aumenta el riesgo de:
– Inflamación excesiva.
– Infecciones.
– Nódulos o endurecimientos.
– Resultados poco naturales o asimétricos.
Por eso, cuando evaluamos los 3 pilares de la estética segura: profesionales, certificaciones e insumos, insistimos tanto en que lo que “no se ve” (la caja, el lote, la cadena de frío) es tan importante como lo que sí se ve en el espejo.
Cómo aplicar estos 3 pilares de la medicina estética segura antes de decidirte por un tratamiento
Hasta aquí suena razonable, pero seguramente te estás preguntando: “Ya, doctora, ¿cómo aterrizo todo esto cuando estoy buscando dónde atenderme?”.
Preguntas prácticas que deberías hacer
Te dejo una guía corta y práctica para usarla antes de agendar:
1. Sobre el profesional
– ¿Quién realiza el procedimiento exactamente?
– ¿Cuál es su formación y experiencia en este tipo de tratamiento?
2. Sobre la clínica
– ¿Cuentan con autorización sanitaria como prestador de salud?
– ¿Tienen protocolos para manejar complicaciones?
3. Sobre los insumos
– ¿Qué producto van a usar?
– ¿Está aprobado por el ISP u organismo regulador correspondiente?
– ¿Puedo ver el envase y el lote antes del procedimiento?
Si al hacer estas preguntas sientes evasivas, respuestas vagas o poca transparencia, es momento de pensarlo dos veces. Ir a la segura no significa nunca hacerse nada; significa elegir bien dónde y con quién.
Qué hacemos en la consulta para reforzar estos pilares
En Clínica EM, cada vez que damos el vamos a un tratamiento, seguimos una ruta muy concreta:
– Evaluación personalizada, sin apuro.
– Revisión de tu historia clínica y expectativas.
– Explicación honesta y realista de lo que podemos lograr.
– Selección del insumo más adecuado para tu caso, considerando calidad, seguridad y duración.
– Registro de lo que se usó, cómo se aplicó y qué lote se utilizó, para poder seguir tu caso en el tiempo.
Si quieres profundizar más en este tema, te recomiendo leer el contenido que tenemos en nuestro blog Al Box de medicina estética, donde abordamos estos puntos con ejemplos y casos clínicos explicados en detalle.
Y si te interesa ver resultados reales, videos de procedimientos y contenidos educativos cortos, te recomiendo visitar nuestro Instagram, donde compartimos casos y explicaciones prácticas de medicina estética.
Tomar una decisión informada: tu rol también es clave
La seguridad no depende solo del médico o de la clínica; también de cuánto te involucras tú en el proceso. En cosa de nada, una conversación de 5 minutos donde preguntas y aclaras dudas puede cambiar completamente la experiencia. Conocer los 3 pilares de la medicina estética segura es clave:
Cuando tengas en mente hacerte un tratamiento, vuelve sobre estos tres puntos:
– ¿Confío en el profesional que me atiende y en cómo me explica las cosas?
– ¿El lugar se ve y se siente como una clínica de salud, con orden, protocolos y equipo?
– ¿Sé qué me van a aplicar y tengo claro que son insumos seguros y certificados?
Si puedes responder que sí a estas tres preguntas, es muy probable que estés aplicando bien los 3 pilares de la medicina estética segura: profesionales, certificaciones e insumos, y que puedas sacar cuentas alegres con tus resultados, entendiendo siempre que en medicina hablamos de probabilidades, no de certezas absolutas.
En Clínica EM nuestra prioridad es justamente acompañarte en ese camino: darte información clara, explicarte qué recomendamos y por qué, y construir un plan que no solo te ayude a verte mejor, sino a sentirte tranquilo con lo que estás haciendo.
Este artículo fue escrito por Doctora Blanca Girardi de Steve, Directora Médica de Clínica EM, con 25 años de experiencia en medicina estética y rejuvenecimiento facial.
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