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Qué esperar en tu primera sesión de rinomodelación paso a paso
- Por Clínica EM
Cuando alguien nos escribe preguntando qué esperar en tu primera sesión de rinomodelación paso a paso, casi siempre viene con la misma mezcla de emoción y nervios. No es llegar y hacerse algo en la nariz: es una zona muy visible, muy personal y que influye harto en cómo te ves y cómo te sientes contigo mismo.
Desde Clínica EM (Clínica Estétika Médica) quiero contarte, en lenguaje simple y sin adornos, cómo vivimos este procedimiento en la práctica: qué hacemos, qué sientes tú como paciente, cuáles son los tiempos reales y qué cosas es importante tener claras antes de dar el vamos.
La idea es que, cuando termines de leer, puedas entrar a tu primera sesión con la tranquilidad de alguien que ya conoce el camino, paso a paso.
Primero, lo básico: qué es realmente la rinomodelación
La rinomodelación es un procedimiento médico mínimamente invasivo que busca mejorar la forma de la nariz sin cirugía.
En la práctica, usamos habitualmente rellenos con ácido hialurónico y, en algunos casos específicos, hilos tensores. Con eso podemos:
– Suavizar gibas o “jorobitas”.
– Levantar ligeramente la punta.
– Corregir leves asimetrías.
– Mejorar el ángulo entre nariz y labio superior.
– Lograr una apariencia más armónica con el resto de la cara.
No sustituye una rinoplastia en todos los casos, pero sí es una alternativa muy efectiva cuando los cambios buscados son moderados y están más relacionados con el perfil o la forma, no con el tamaño global de la nariz.
Cómo funciona a nivel clínico, en sencillo
– El ácido hialurónico es una molécula que ya existe en tu cuerpo.
– Lo inyectamos en puntos estratégicos de la nariz.
– Esa colocación milimétrica permite “jugar con las luces y sombras” de la nariz, logrando que se vea más recta, equilibrada o definida.
– El material es reabsorbible: el resultado no es permanente, lo que da un margen de seguridad y posibilidad de ajustes en el tiempo.
En qué casos suele estar indicada la rinomodelación
La rinomodelación se considera cuando:
– Tienes una giba leve o moderada en el dorso.
– La punta está un poco caída y quieres levantarla sutilmente.
– Sientes que tu nariz se ve “cortada” o hundida en alguna zona.
– Buscas mejorar el perfil sin pasar por pabellón ni anestesia general.
– Ya te hiciste una rinoplastia, pero quieres corregir pequeños detalles.
Cuándo NO es una buena idea
En buen chileno: no es una varita mágica.
No la recomendamos cuando:
– Hay desviaciones importantes del tabique que comprometen la respiración.
– Buscas reducir significativamente el tamaño de la nariz.
– Existen secuelas complejas de rinoplastias previas (nariz muy operada, cicatrizal).
– Tienes alergia conocida a alguno de los componentes del producto.
– Estás embarazada o en lactancia temprana (en general preferimos esperar).
En esos casos te explicamos con calma alternativas o te derivamos, si corresponde, a evaluación con otorrino o cirujano plástico.
Antes de tocar una jeringa: evaluación y conversación inicial
La primera parte de la sesión de rinomodelación no es con agujas, es con diálogo. Y aquí es donde se juega buena parte del éxito del resultado.
1. Conversar expectativas y motivos
Partimos preguntando:
– ¿Qué es lo que más te molesta de tu nariz?
– ¿Hay fotos tuyas en que te sientas más conforme?
– ¿Hay algo que te da miedo del procedimiento?
A veces me llegan pacientes diciéndome: “Doctora, odio mi nariz completa, quiero cambiarla entera”. Ahí al tiro hacemos una pausa, porque la rinomodelación no es para cambiarte la cara, sino para armonizarla.
Nuestra labor es aterrizar expectativas. Preferimos ser muy honestos y, si vemos que lo que buscas no es posible con este tratamiento, es mejor decirlo de frente y no seguir adelante.
2. Revisión médica y anatómica
Luego hacemos una evaluación clínica:
– Medicina de base (hipertensión, diabetes, trastornos de coagulación, etc.).
– Medicamentos que tomas, especialmente anticoagulantes.
– Historial de procedimientos previos (cirugías, otros rellenos).
– Revisión de la piel y tejido subcutáneo de la nariz.
– Evaluación del dorso, punta, ángulo nasolabial y simetría facial.
En esta parte también revisamos riesgos específicos:
– Tendencia a hematomas.
– Alergias.
– Enfermedades autoinmunes.
Si algo nos genera duda, a veces preferimos no hacer la rinomodelación ese mismo día, pedir exámenes o derivar primero. Ojo ahí: que te digan “esperemos” no es algo malo; habla de un equipo que quiere ir a la segura contigo.
3. Análisis estético con espejo y fotos
Luego solemos trabajar con un espejo y, muchas veces, sacar fotos antes del procedimiento:
– Vemos juntos los perfiles: frontal, 45° y perfil estricto.
– Marcamos qué zonas se podrían corregir.
– Te explicamos qué podemos mejorar y qué no.
Más de una vez una paciente me ha dicho: “Doctora, pensé que me iban a inyectar todo el dorso, pero usted solo quiere tocar dos puntos”. Y ahí yo explico: la rinomodelación bien hecha es precisa, no es “rellenar por rellenar”.
Preparándose para la rinomodelación: lo que pasa minutos antes
Cuando ya decidimos que eres candidato adecuado para la rinomodelación y que vale la pena seguir adelante, viene la parte práctica previa a la inyección.
4. Aseo, desinfección y anestesia
Este paso es súper importante, aunque desde afuera se vea “fome”.
– Limpiamos la piel de la nariz con productos específicos.
– Desinfectamos muy bien toda el área para minimizar riesgo de infección.
– Aplicamos anestesia tópica (una crema) sobre la zona a tratar.
Durante esos minutos de espera, mientras la anestesia hace efecto, solemos repasar contigo:
– Duración estimada del procedimiento.
– Qué vas a sentir.
– Cuáles son los cuidados inmediatos.
El corazón de todo: qué sentirás durante la infiltración
Aquí llegamos al punto que más curiosidad genera cuando alguien nos pregunta qué esperar en tu primera sesión de rinomodelación paso a paso.
5. Marcaje y definición de la técnica
Antes de inyectar, marcamos visualmente las zonas que vamos a tratar. No siempre pintamos la nariz entera; muchas veces son uno o dos puntos clave.
Elegimos:
– Tipo de ácido hialurónico (densidad, elasticidad).
– Si trabajaremos con aguja fina o cánula (tubo romo).
– Cantidad aproximada de producto, con un margen flexible para ajustar.
Te lo explicamos de forma sencilla. No necesitas aprenderte todos los nombres técnicos, pero sí es importante que entiendas por qué estamos eligiendo esa estrategia para tu caso.
6. Inyección paso a paso: sensaciones reales
Durante la infiltración, lo habitual es que pases por estas sensaciones:
1. Pinchazo inicial leve
Lo sientes parecido a un examen de sangre, pero más corto.
Si usamos cánula, el pinchazo es solo para crear el punto de entrada.
2. Presión o sensación de “llenado”
A medida que inyectamos el ácido hialurónico, puedes notar una sensación de presión, no necesariamente dolor.
Algunos pacientes dicen que se siente “raro, pero tolerable”.
3. Manipulación suave de la nariz
Con los dedos vamos moldeando el producto para lograr la forma deseada.
Puede sentirse extraño, porque la zona está adormecida, pero no debiera doler.
4. Pequeño lagrimeo reflejo
No es porque estés triste; es un reflejo normal al trabajar cerca de la zona periocular y nasal.
El tiempo de inyección pura suele ser entre 10 y 20 minutos, dependiendo de la complejidad del caso. La sesión total dura más (por la evaluación, anestesia y controles), pero el momento de la aguja no es eterno.
En buen chileno: pasa en cosa de nada.
7. Control inmediato del resultado frente al espejo
Apenas terminamos la inyección y el moldeado inicial:
– Limpiamos cualquier resto de marcador.
– Te pasamos un espejo.
– Revisamos juntos la nariz en distintos ángulos.
En este punto solemos hacer microajustes: una gotita más aquí, un pequeño retoque allá. Todo con mucha prudencia, porque la zona ya puede estar algo inflamada y no queremos sobrecorregir.

Lo que nadie te cuenta: qué se ve y qué se siente las primeras horas
Ahora viene la parte que muchas personas subestiman: el post inmediato. No es dramático, pero hay cosas importantes que debes saber.
Cambios visibles al tiro
Al terminar la sesión, es normal que notes:
– La nariz más recta o más armónica al perfil.
– Una ligera elevación de la punta, según el plan.
– Algún enrojecimiento leve en los puntos de entrada de la aguja o cánula.
Muchas personas se miran y dicen “wow” al tiro, pero aquí siempre repetimos: el resultado definitivo no es el de los primeros 30 minutos, porque todavía están operando la inflamación y la acomodación del producto.
Molestias habituales (y normales)
En las primeras horas puedes sentir:
– Sensibilidad al tacto.
– Leve inflamación, sobre todo al día siguiente.
– Ocasionalmente pequeños hematomas (moretones) en puntos de punción.
En general, el dolor que refieren es leve, como un moretón. No debería ser un dolor intenso, punzante ni desproporcionado. Si eso pasa, ahí sí te pedimos que nos contactes al tiro.
Cuidados posteriores: cómo “cuidar” tu rinomodelación
Aquí es donde muchas personas “la hacen corta” y no siguen todas las indicaciones, y después se preguntan por qué no sacaron cuentas tan alegres. Los cuidados son simples, pero importantes.
Recomendaciones de las primeras 24–48 horas
Lo habitual que indicamos en Clínica EM es:
– No tocar ni masajear la nariz por tu cuenta.
– Evitar lentes pesados apoyados sobre el dorso nasales las primeras horas (según el caso, podemos ajustar este consejo).
– No hacer ejercicio intenso el mismo día.
– Evitar saunas, baños muy calientes y exposición al sol directa intensa.
– No consumir alcohol en exceso esa noche.
Si necesitas analgesia, usamos medicamentos seguros que revisamos según tu historia clínica. Nada de automedicarse con cualquier cosa “porque me dijeron”.
Signos de alarma: cuándo avisar al tiro
Aunque las complicaciones serias son poco frecuentes cuando se hace con manos entrenadas, igual pueden ocurrir. Ojo con estos signos:
– Dolor intenso, que no cede con analgésicos normales.
– Cambios de color en la piel (palidez extrema o color violáceo en parches).
– Disminución brusca de la visión o visión borrosa.
– Áreas de piel muy frías o con sensación de “quemadura”.
Si algo de esto aparece, no es para “esperar a ver si pasa”: es para contactarnos inmediatamente. Esa es parte de tomarse en serio el procedimiento y no minimizarlo.
Duración de los resultados y controles posteriores
Uno de los grandes temas que repasamos cuando alguien quiere saber qué esperar en tu primera sesión de rinomodelación paso a paso es cuánto dura el efecto.
¿Cuánto tiempo se mantiene el resultado?
Depende de varios factores:
– Tipo de ácido hialurónico.
– Metabolismo individual.
– Zona tratada y técnica utilizada.
En términos generales:
– Hablamos de una duración aproximada entre 12 y 18 meses.
– En algunos pacientes puede ser un poco menos; en otros, más.
La buena noticia es que, a medida que vamos conociendo tu reacción al producto, podemos planificar mantenimientos más precisos, sin sorpresas.
Control y, a veces, retoques
Solemos programar:
– Un control temprano, dentro de los primeros 10–15 días.
Ahí ya la inflamación bajó y vemos el resultado real.
– Dependiendo del caso, podemos hacer algún retoque menor si lo estimamos necesario. No siempre se requiere, pero es parte de la conversación honesta con cada persona.
Un día llegó un paciente y me dijo: “Doctora, a los dos días estaba perfecto, pero ahora siento que se bajó un poco”. Revisamos y, en realidad, lo que había pasado es que se desinflamó. El resultado seguía estando, pero ahora de forma más natural. Eso también es importante entenderlo: lo que ves las primeras horas no es lo que va a quedar de manera estable.
Riesgos, efectos secundarios y cuándo preferimos decir que no
En buen chileno: si alguien te dice que la rinomodelación es “cero riesgo”, ojo ahí. Es un procedimiento seguro cuando se hace bien, pero no es inocuo.
Efectos secundarios frecuentes (y manejables)
Estos suelen ser leves y autolimitados:
– Enrojecimiento.
– Inflamación.
– Moretones.
– Sensibilidad.
Se manejan con medidas simples y, por lo general, desaparecen en pocos días.
Riesgos menos frecuentes, pero importantes
Aquí es donde como médicos debemos ser de tomo y lomo y hablar con claridad:
– Compromiso vascular (cuando el producto presiona o entra en un vaso sanguíneo).
– Alteraciones en la perfusión de la piel (cambios de color, dolor intenso).
– En casos extremadamente excepcionales y descritos en la literatura mundial, complicaciones visuales.
Para minimizar esos riesgos:
– Conocemos muy bien la anatomía de la nariz.
– Elegimos cuidadosamente la técnica (aguja o cánula).
– Inyectamos despacio, con aspiración y control.
– Tenemos a mano hialuronidasa, la enzima que puede disolver el ácido hialurónico en caso necesario.
Por eso insistimos tanto en que este no es un procedimiento para hacerse en cualquier lado ni con cualquier persona. No es solo “un pinchazo estético”.
Casos en que preferimos no hacer rinomodelación
Aunque tengas muchas ganas, hay situaciones en que es mejor esperar o simplemente no realizarla:
– Expectativas irreales (por ejemplo, querer achicar mucho la nariz solo con relleno).
– Pacientes con trastornos importantes de coagulación.
– Nariz muy operada, con cicatriz interna compleja.
– Estado de salud general descompensado.
– Embarazo y lactancia temprana, como comenté antes.
En esos escenarios, ser honestos y decir “no es lo mejor para ti” es parte fundamental de nuestro rol médico.
Cómo se vive emocionalmente la primera sesión
Más allá de los pasos técnicos, hay un componente emocional fuerte.
En el box algunos pacientes me cuentan cosas como: “Me hacían bullying por mi nariz en el colegio” o “nunca me he gustado de perfil, siempre me saco fotos de frente para pasar piola”. No estamos solo frente a una giba o una punta caída; estamos frente a historias de vida.
Nuestro trabajo es:
– Cuidar tu seguridad física.
– Proteger también tu bienestar emocional.
– Ayudarte a alinear lo que ves en el espejo con cómo te sientes por dentro, en forma realista.
Cuando logras mirarte después de la rinomodelación y sentir que sigues siendo tú, pero más armonizado, más en paz con tu perfil, ahí recién podemos decir que el tratamiento cumplió su propósito.
Resumen honesto de qué esperar en tu primera sesión de rinomodelación paso a paso
Si tuviera que condensarlo, lo que deberías esperar es:
1. Una evaluación y estética seria, no solo un “antes y después” de Instagram.
2. Una explicación clara de qué se puede lograr y qué no en tu caso.
3. Un procedimiento breve, con anestesia local y sensaciones tolerables.
4. Resultados visibles al tiro, pero que se estabilizan en días.
5. Cuidados simples, pero importantes, para proteger lo logrado.
6. Posibilidad de retoques y mantenimiento, entendiendo que no es definitivo.
7. Un enfoque realista de riesgos y beneficios, sin promesas mágicas.
Si quieres profundizar más en este tema, te recomiendo leer el contenido que tenemos en nuestro blog Al Box de medicina estética, donde vamos explicando en detalle distintos tratamientos y casos clínicos.
Y si te interesa ver resultados reales, videos de procedimientos y contenidos educativos cortos, te recomiendo visitar nuestro Instagram, donde compartimos casos y explicaciones prácticas de medicina estética.
Cuando vengas a tu evaluación, la idea es que llegues sabiendo exactamente qué esperar en tu primera sesión de rinomodelación paso a paso, entendiendo que buscamos siempre un equilibrio entre seguridad, naturalidad y armonía facial. No se trata de cambiarte la cara, sino de acompañarte a que te veas y te sientas mejor, con la nariz que más conversa con tu propio rostro.
Este artículo fue escrito por Doctora Blanca Girardi de Steve, Directora Médica de Clínica EM, con 25 años de experiencia en medicina estética y rejuvenecimiento facial.
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