Cuidados de la piel en invierno 7 tips esencial

Los cuidados de la piel en invierno son clave para evitar resequedad, descamación, picazón y envejecimiento prematuro. En Clínica EM vemos todos los años cómo el frío, la calefacción y los cambios bruscos de temperatura pasan la cuenta, sobre todo en el rostro, cuello y manos.

En buen chileno: no es llegar y “aguantar el invierno”. Si quieres que tu piel se mantenga sana, luminosa y protegida, necesitas una estrategia a toda prueba y, ojalá, con apoyo médico.

Qué le pasa realmente a tu piel en invierno

La piel es el órgano más grande del cuerpo y funciona como una barrera que nos defiende de agresores externos: frío, viento, contaminación, radiación, microorganismos.

En invierno esta barrera se ve sobreexigida:

– El frío hace que los vasos sanguíneos de la piel se contraigan.
– La humedad ambiental baja y el aire se vuelve más seco.
– La calefacción (estufas, aire acondicionado, leña) reseca aún más el ambiente.
– Los cambios bruscos de temperatura (de la calle helada a la oficina calefaccionada) generan estrés en la piel.

Todo esto hace que la piel pierda agua más rápido, se deshidrate y se altere su función de barrera.

Efectos más frecuentes del invierno en la piel

Cuando la piel pierde hidratación y su barrera se daña, empiezan a aparecer varios problemas que vemos de cajón en consulta:

– Tirantez y sensación de incomodidad, sobre todo después de la ducha.
– Descamación y textura áspera, típica “piel de lagarto”.
– Enrojecimiento en mejillas, nariz y mentón.
– Labios partidos, que se resecan y se agrietan con facilidad.
– Picor (prurito), que a veces lleva a rascarse y empeorar la irritación.
– Líneas de expresión más marcadas, porque la piel seca muestra más las arrugas.
– Empeoramiento de rosácea, psoriasis, dermatitis atópica y otras condiciones.

Cuando combinamos estos efectos con una rutina equivocada (limpiadores agresivos, falta de protección solar, exceso de exfoliación), el daño se acumula y la piel envejece más rápido de lo que debería.

Quiénes sufren más con el invierno

No todas las pieles reaccionan igual. Vemos grupos que están especialmente en riesgo:

– Personas que trabajan al aire libre (construcción, deporte, delivery, comercio en la calle).
– Pieles muy claras y finas, que se enrojecen con facilidad.
– Pacientes con rosácea, que reaccionan mal a los cambios de temperatura.
– Personas con psoriasis o dermatitis atópica, que tienden a empeorar cuando el aire está seco.
– Pieles que usan tratamientos con ácidos, retinoides o descongestionantes potentes, sin supervisión, que pueden volverse más sensibles en esta época.

A veces me llegan pacientes diciéndome: “Doctora, en verano estaba bien, pero desde que empezó el frío mi cara se puso roja, me pica y la crema que usaba ya no me sirve”. Y al revisar en detalle, casi siempre hay una mezcla de falta de cuidados de la piel en invierno más productos inadecuados para ese momento.

Cómo se ven los daños acumulados año tras año

En un invierno puede que “pases piola” con un poco de resequedad. El problema es la suma de varios años sin cuidar la piel:

– Arrugas que se marcan antes de tiempo.
– Manchas y textura irregular.
– Pérdida de luminosidad: piel “opaca” que no refleja la luz.
– Sensibilidad crónica: todo irrita, todo pica.

Si a eso se agrega fotodaño por mala protección solar, el resultado es una piel que envejece más rápido de lo que biológicamente le correspondería. Por eso insistimos tanto en que los cuidados de la piel en invierno no son un lujo, son una inversión en salud cutánea a largo plazo.

1. Limpieza suave: el primer paso para que la piel no sufra

La base de todo es una limpieza correcta, dos veces al día, mañana y noche.

Qué buscar en un limpiador en invierno

Para que los cuidados de la piel en invierno funcionen, el producto de limpieza debe:

– Ser suave, sin sulfatos agresivos.
– Estar formulado para tu tipo de piel (seca, mixta, grasa, sensible).
– Mantener el pH fisiológico de la piel.

Recomendamos evitar:

– Jabones corporales para el rostro.
– Productos con fragancias fuertes o alcoholes secantes.
– Exfoliantes con gránulos duros usados todos los días.

La idea es retirar suciedad, sudor y restos de maquillaje sin “barrer” los lípidos naturales que protegen la barrera cutánea.

2. Hidratación intensa: el corazón de los cuidados de la piel en invierno

La hidratación es, de lejos, el pilar más importante de los cuidados de la piel en invierno.

Tipos de ingredientes hidratantes que ayudan

En consulta solemos hablar de tres tipos de ingredientes clave:

– Humectantes (como glicerina, ácido hialurónico, urea a bajas concentraciones): atraen agua hacia la piel.
– Emolientes (ceramidas, ácidos grasos, ciertos aceites no comedogénicos): suavizan y mejoran la textura.
– Oclusivos ligeros (algunos bálsamos o cremas más densas): forman una capa que reduce la pérdida de agua.

En piel seca o muy sensible en invierno, muchas veces sugerimos usar una crema algo más rica en textura que la de verano, idealmente con vitamina C bien formulada para ayudar a combatir el estrés oxidativo.

Hidratación médica: cuándo considerar tratamientos inyectables

Hay casos en que la crema no alcanza. Pieles muy fotoenvejecidas, con arrugas finas múltiples o que han perdido mucho brillo se benefician de tratamientos médicos que hidratan desde dentro.

En Clínica EM trabajamos con hidratantes inyectables y mesoterapia de vitaminas, que pueden contener ácido hialurónico no reticulado y un cóctel de nutrientes que ayudan a mejorar calidad de piel, textura y luminosidad. Siempre se realiza primero una evaluación para definir si eres candidata, qué producto conviene y cuántas sesiones necesitas.

3. Uso adecuado de ácidos y retinoides en invierno

El invierno es una época estratégica para tratar manchas, textura irregular y daño acumulado del verano. Justamente por eso muchos pacientes dan el vamos a tratamientos con:

– Alfa-hidroxiácidos (como el glicólico o láctico).
– Retinoides (derivados de la vitamina A).
– Peelings médicos controlados.

Bien indicados y controlados, pueden:

– Acelerar la renovación celular.
– Atenuar líneas finas.
– Mejorar textura y uniformidad del tono.

Pero ojo ahí: no es llegar y usar cualquier ácido que viste en redes. Una piel dañada por el frío, sin buenos cuidados de la piel en invierno, puede irritarse aún más si se combina con activos potentes sin supervisión.

Cuándo preferimos postergar o ajustar estos tratamientos

En evaluación podemos decidir:

– Bajar la frecuencia de uso de ácidos o retinoides.
– Ajustar la concentración.
– Suspenderlos momentáneamente si la barrera está muy alterada.

La prioridad siempre es proteger la piel y evitar daños mayores.

4. Protector solar: sí, también en los meses fríos

Uno de los mitos más repetidos es que “en invierno no se necesita bloqueador”. Es falso.

Aunque la sensación térmica sea baja:

– La radiación UVA, responsable del envejecimiento y de parte del riesgo de cáncer de piel, está presente todo el año.
– La radiación UV se refleja en superficies como nieve, agua o incluso pavimento claro.

Por eso, dentro de los cuidados de la piel en invierno, el protector solar diario es no negociable:

– FPS 30 o más.
– Amplio espectro (UVA/UVB).
– Aplicado al menos 15 minutos antes de exponerte al exterior.
– Reaplicación si pasas varias horas al aire libre.

Si tu piel es sensible o tienes rosácea, preferimos fotoprotectores con filtros físicos o combinados, de textura adecuada a tu tipo de piel.

5. Zonas críticas: labios, contorno de ojos y manos

Hay áreas que casi siempre están “al debe” en la rutina y donde el invierno pega más fuerte.

Labios

Tienen una piel mucho más delgada y sin glándulas sebáceas, por eso se resecan rápido. Recomendamos:

– Bálsamos ricos en ceramidas, mantecas suaves o pantenol.
– Reaplicar varias veces al día.
– Evitar humedecer los labios con la lengua (empeora la resequedad).

Contorno de ojos

Es una zona con piel fina y muy expresiva, donde la falta de hidratación hace que las arrugas se noten más.

– Cremas específicas para contorno, no muy pesadas.
– Aplicar con toques suaves, sin arrastrar.
– Proteger con lentes de sol cuando hay viento o mucha luminosidad.

Manos

Las manos están expuestas al frío, el agua y los detergentes. En invierno vemos:

– Resequedad severa.
– Grietas dolorosas.
– Enrojecimiento y picor.

Parte esencial de los cuidados de la piel en invierno es usar:

– Crema de manos nutritiva varias veces al día.
– Guantes cuando el frío es intenso o si manipulas agua con frecuencia.

6. Alimentación, agua y estilo de vida: lo que se ve en la piel

La piel refleja lo que pasa adentro. El frío invita a comer más pesado, menos frutas y menos agua, y eso se nota.

– Hidratación oral: no es llegar y tomar solo café o té. El agua sigue siendo clave, aunque no dé tanta sed.
– Antioxidantes: frutas y verduras de colores intensos ayudan a combatir el estrés oxidativo.
– Omega-3 y grasas saludables: contribuyen a mantener la barrera lipídica de la piel.
– Sueño y estrés: una piel que duerme poco y vive estresada se regenera peor y se defiende menos.

Sin un contexto interno sano, los cuidados de la piel en invierno desde afuera rinden menos.

7. Cuándo conviene consultar en una clínica de medicina estética

Hay señales que indican que ya no basta con cambiar la crema:

– Rojeces persistentes que no mejoran.
– Picazón intensa o placas engrosadas.
– Empeoramiento de rosácea, psoriasis o dermatitis.
– Piel que se agrieta y duele.
– Manchas nuevas que cambian de color o forma.

En Clínica EM partimos siempre con una evaluación personalizada. Ahí definimos:

– Tipo de piel y su estado actual.
– Si hay enfermedades dermatológicas de base que deban tratarse.
– Qué rutina domiciliaria conviene.
– Si tiene sentido sumar tratamientos médicos como hidratantes inyectables, skinboosters, bioestimuladores o peelings, según tu caso.

Si quieres profundizar más en este tema, te recomiendo leer el contenido que tenemos en nuestro blog Al Box de medicina estética: 7 Errores comunes al elegir tratamientos esteticos por primera.

Cómo adaptamos los tratamientos en Clínica EM durante el invierno

En esta época del año solemos:

– Potenciar tratamientos de calidad de piel (hidratación profunda, luminosidad, mejora de textura).
– Planificar peelings en pacientes seleccionados, aprovechando que la radiación UV es algo menor que en verano.
– Cuidar especialmente pieles con tendencia a rosácea o sensibilidad, ajustando protocolos para evitar brotes.

Siempre conversamos de forma honesta sobre expectativas: no prometemos milagros, sino mejoras progresivas y realistas, con énfasis en que tú también seas parte activa de los cuidados de la piel en invierno.

Si te interesa ver resultados reales, videos de procedimientos y contenidos educativos cortos, te recomiendo visitar nuestro Instagram, donde compartimos casos y explicaciones prácticas de medicina estética.

Giftcards y planificación de tratamientos en época de frío

Muchas personas aprovechan el invierno para organizar sus tratamientos estéticos o para regalar salud de piel a alguien querido.

En Clínica EM trabajamos con giftcards que permiten regalar cualquier tratamiento y que siempre incluyen una evaluación con un especialista de Clínica EM. Eso es clave para ir a la segura: primero evaluamos la piel, sus necesidades reales y, desde ahí, diseñamos un plan acorde al invierno y al resto del año.

Así evitamos errores como:

– Regalar tratamientos que no son adecuados para el tipo de piel.
– Indicar procedimientos muy agresivos cuando la barrera cutánea está frágil.
– Invertir en algo que no es prioritario en ese momento.

Por qué vale la pena tomarse en serio los cuidados de la piel en invierno

Si hacemos la lista completa, los beneficios de unos buenos cuidados de la piel en invierno son claros:

– Menos resequedad, descamación y picazón.
– Menos riesgo de brotes de enfermedades de la piel.
– Mejor textura y luminosidad, incluso en meses fríos.
– Prevención de arrugas y envejecimiento prematuro.
– Mayor confort: la piel se siente más cómoda, menos tirante.

No se trata de tener una rutina complicada, sino de entender qué necesita tu piel en esta estación, ajustar algunos hábitos y, cuando corresponde, apoyarse en tratamientos médicos bien elegidos.

Como equipo de Clínica EM, vemos todos los días que quienes se preocupan de los cuidados de la piel en invierno logran sacar cuentas alegres a largo plazo: llegan a la primavera con una piel más sana, más pareja y con mejor respuesta a cualquier tratamiento estético que quieran hacer después.

Este artículo fue escrito por Doctora Blanca Girardi de Steve, Directora Médica de Clínica EM, con 25 años de experiencia en medicina estética y rejuvenecimiento facial.